sábado, 22 de febrero de 2014

Capítulo 14.

Después de ducharse y comer algo, está agotada. Va a su cuarto y enciende la tele. Va cambiando de canal, hasta que un canal de cotilleo le llama la atención.
El titular: Ashton Anderson es pillado con una chica menor.
Le sube el volumen y aparecen las imágenes de esa misma tarde. La chica con la capucha y Ashton escoltándola. Un paparazzi alarga su mano y se la retira. Isabella mira asombrada las cámaras, sin saber qué decir.
Isabella se queda sin aliento, esperando que nadie haya visto el programa.
El móvil estalla en pocos segundos, con la friolera cantidad de cincuenta conversaciones diferentes en WhatsApp. Todas preguntan lo mismo: ¿Tú, con Ashton? ¿Estás saliendo con Ashton Anderson? ¿Eres tú la de la capucha?
Va borrando todas, y entonces Daniela aparece en una de ellas. Su mensaje es el más claro: Mañana va a ser nuestro peor día de instituto.
Su madre entra justo en el momento es que intenta contestar. La mira durante unos segundos, con la boca abierta, sin poder hablar.
-Isabella... ¿E-eras tú la de la capucha?
Isabella asiente.
-¿Pero cómo se te ocurre salir con un hombre tan mayor? ¡Sólo quiere aprovecharse de ti! ¿Acaso no te das cuenta? -Su madre estalla en gritos.
-Mamá, no se ha aprovechado de mí...
-Lo hará. No lo veas nunca más.
Sus palabras le hacen daño.
-Sal de mi cuarto, mamá.
-Es mi casa, no voy a salir porque tú me lo ordenes.
-Está bien, entonces me iré yo -dice Isabella y empieza a meter ropa en un macuto. Cuando termina, se detiende delante de su madre, que no le deja pasar-. Si me dilculpas, quiero salir.
-Isabella, sólo lo hago por tu bien. Recapacíta. ¿Vas a dejar que ese chico te separe de mí?
-¡Ni siquiera lo conoces, tú no lo entiendes! No me separa de nadie, lo haces tú diciendo que no lo vea nunca más.
La aparta suavemente y después de unos segundos cruzando el pasillo, abre la puerta.
-Isabella... -dice su madre, y ella se da la vuelta para mirarla- Sólo dime a dónde vas.
Sale y cierra la puerta de un portazo. En seguida, llama a Daniela. A los pocos segundos, responde.
-Necesito quedarme en tu casa. Ahora.
-¿Qué, por qué? ¿Qué ha pasado?
-Tú dime que me puedo quedar y te lo contaré todo -dice Isabella, mientras se seca la nariz con la manga de la camiseta.
-Te espero aquí. Voy preparando el helado y el chocolate.

Ashton saluda a Luke con un par de mimos, y se sienta en el sofá. Enciende la tele y observa el cotilleo sobre él. En seguida, tiene ganas de romper algo.
Le encantaría ser una persona normal. Nadie se metería en su vida. Sería feliz con Isabella. Aunque pensándolo bien, si no fuera famoso, nunca la habría conocido.
Intenta llamarla, pero el teléfono comunica. Está hablando con alguien, así que le manda un WhatsApp.
Preciosa, ¿has visto el programa?
Los siguientes minutos se hacen eternos. Camina por la habitación. Se sienta. Se levanta. Repite las tres acciones. Por fin su teléfono suena.
Sí. Mi madre me ha dicho que no me convenías. Duermo en casa de Daniela.
Las palabras de su madre le duelen mucho. Muchísimo. Y tiene una idea. Una gran idea.
Pero ahora es mejor dormir, para aclarar los pensamientos.
Espero verte mañana, Preciosa.

Cuando llevan medio helado comido, Isabella ha terminado de contar todo.
-Vaya -dice Daniela, mientras parte la tableta de chocolate en onzas.
-Sí, vaya.
-Puedes quedarte todo el tiempo que quieras. Espero que tu madre no llame a la mía, porque entonces tendrás que marcharte.
-La llamará. Sólo espero poder quedarme hoy. Si llama mañana, dormiré en casa de Ashton.
-Es curioso... El chocolate lo arregla todo. Pero tiene efectos colaterales: te salen granos.
Al oír eso, Isabella no quiere más chocolate.
-Está bien por hoy. No quiero no poder entrar por la puerta.
-Vayámos a dormir. Mañana será un nuevo día, Isabella. Buenas noches -susurra Daniela, mientras apaga la luz.
-Buenas noches.
"No tienen nada de buenas", se dice Isabella.

El despertador suena y a Isabella le parece haber dormido dos horas.
-Vaya, estás horrible.
-Gracias, Daniela. Qué buena amiga eres.
Daniela ríe y se aproxima al baño.
-¿Vas a ducharte?
-No, no tengo ganas -dice, mientras saca unos vaqueros y una sudadera gris. Al colocársela, el collar de Ashton tintinea. Ella sonríe.
-No te preocupes, Bella. Estaré contigo pase lo que pase hoy. Pegaré patadas hasta que se callen. Te quiero, ¿lo sabes?
-Yo también te quiero, Daniela.
Ambas se visten y van al instituto. Al llegar, todos miran a Isabella. Cuchichean, y los menos disimulados, la señalan.
Varias chicas se le acercan a pedir explicaciones, pero Isabella las deja con la palabra en la boca y sigue su camino.
Se le cruza alguien. Unos ojos marrones. Álex.
-Vaya, vaya, Isabella. ¿Con ese chico era con el que estabas saliendo?
-Déjalo, Álex.
-Sí, déjalo o verás lo que es meterse en líos -le dice Daniela.
El destello de algo plateado le llama la atención a Álex. Está en el cuello de Isabella. Sin pensárselo dos veces, lo agarra.
-Vaya, es muy bonito.
Despliega las alas y ve la foto de Ashton e Isabella. La mira a los ojos esperando una explicación, pero Isabella lo mira con odio. Así que, sigue hablando:
-Cuéntame cómo es él. ¿Es bueno en la cama?
Daniela le da una patada en la espinilla e inmediatamente me lleva al aula de Latín.
-¿Se puede saber qué haces?
-Te dije que pegaría patadas hasta que callasen.
-Por esto te quiero.